Desde hace tiempo llevo reflexionando sobre esta pregunta. Si tu empresa tuviese la posibilidad de elegir ¿Te volvería a contratar? Ahora que te conoce bien y sabe cómo eres en realidad (cuáles son tus virtudes y de qué pie cojeas) ¿Volverías a ser la mejor opción? ¿Sigues siendo la opción preferente? ¿Sigues estando al nivel de las nuevas generaciones? ¿Sigues empleable? ¿Sigues al día o empiezas a estar descatalogado? Son preguntas que creo que tod@s deberíamos hacernos y que además deberíamos saber responder.

Cuando escribí el post The Working Dead no pensaba que calaría tan hondo en mi persona y mucho menos en tantos lectores que lo han enriquecido aportado muchísimo con sus comentarios tanto en el blog como en Linkedin. Sé que preguntarse ¿Sigo siendo la mejor opción para mi empresa? ¿Sigo siendo la mejor opción para mi cliente? ¿Estoy haciendo los deberes para no quedarme fuera de mercado? En definitiva ¿Estoy trabajando mi empleabilidad? Son cuestiones que hacen «pupa». Y hacen pupa, duelen y escuecen porque en el fondo sabemos que tenemos mucho trabajo que hacer. Tenemos que dejar de vivir de rentas y  ponernos manos a la obra.

Mantenerse empleable cuesta porque supone pasar a la acción. El talento es talento en movimiento. No eres lo que sabes si no lo que haces con lo que sabes. Hace mucho frío ahí fuera y en la empresa se está calentito pero cómo no hagas nada para mantenerte dentro, llegará un día que te quedarás fuera. Y ya sé que por nuestro sistema laboral tenemos derecho a una prestación por desempleo (por ahora) que puede cubrir más o menos meses. Y que estás pensando que cuando llegue el momento entre la indemnización (otro tema a discutir) y el paro pues ya te pondrás las pilas.

La cuestión es que quizás cuando llegue el momento, tu familia, la presión social, tu indecisión inicial, las prisas, los agobios pueden hacer que no estés centrado para darle la vuelta a la tortilla. Quizás en ese momento tengas tantos condicionantes externos (responsabilidades, facturas que pagar, hijos, hipotecas, coches, etc) que te bloqueen a nivel interno. Igual que recomiendan buscar trabajo cuando estás trabajando (no tienes el mismo nivel de ansiedad en las entrevistas), lo mismo ocurre cuando se trata de trabajar tu empleabilidad. Es mejor trabajarla poco a poco que tener que hacerlo de golpe. ¿Vas a aprender un nuevo idioma en un año? ¿Vas tener tiempo para reciclarte profesionalmente durante el paro? ¿Vas a poder pensar, reflexionar, trazar un plan, ejecutarlo y que salga bien en uno o dos años? Ojalá tú puedas pero creo que la mayoría no puede.

No te conviertas en un Zombie Laboral que no sabe que está fuera del mercado de trabajo. Mantente empleable durante tu vida profesional. Ya seas trabajador por cuenta ajena, autónomo, freelance o empredendor. No trabajes por un empleo, trabaja por tu empleabilidad. El secreto es conseguir ser la opción preferente siempre. Pero para eso hay que entrenar, hay que estar en forma, hay que conocer nuevas técnicas, hay que saber qué hace la competencia y mejorarlo. Y así una vez y otra vez y otra y otra, siempre. Normalmente los que marcan la diferencia no son los más listos, ni los más inteligentes, normalmente los que marcan la diferencia son los que hacen lo que tienen que hacer sin excusas. Esto va de hacer, esto va de currárselo.

Pregúntate ahora ¿Me volvería a contratar mi empresa?

Un abrazo