Estando mi cerebro de vacaciones y mi cuerpo cubierto únicamente por un bañador y unas sandalias, empiezo a leer el artículo de Eugenio de Andrés “Recursos Humanos debe morir”, ganador del European HR Award España publicado en la revista Dirigir Personas de Aedipe. Con títulos así a uno le entran ganas de cancelar la semana de hotel que tiene contratada en Benidorm porque le tiemblan las piernas. Que un señor que es socio director de la consultora Tatum, miembro del Top Ten HRS y director del Observatorio de la Blogosfera de RR.HH, diga que el área o departamento en el que tú trabajas tiene que morir, hace que por lo menos se te corte la digestión a pie de piscina.
Después de leer el artículo completo, respiro más tranquilo y me doy cuenta que el título únicamente quería provocar. También me doy cuenta de que Eugenio de Andrés tiene más razón que un santo y que comparto muchos de sus planteamientos.
Y a pesar de que tengo las neuronas un poco lentas debido al sofocante calor de estas semanas, comienzo a sentir un cosquilleo por mis piernas que me incita a reflexionar sobre lo leído. ¿Por qué RR.HH no tiene el reconocimiento que se merece en las empresas? ¿Por qué hay empresas de un tamaño más que considerable que no tienen departamento de RR.HH? ¿Por qué? ¿Por qué? Y por qué no dejamos de hacernos tantas preguntas y de llorarnos unos a otros en nuestras reuniones de los foros y nos ponemos manos a la obra.
Basta ya de lamentarnos que no estamos en los Comités de Dirección, o que no tenemos autonomía propia y nos toca depender de otras unidades… quizás sea porque no nos lo merecemos. Está claro que no todo el mundo sabe leer una cuenta de resultados pero tampoco está capacitado todo el mundo para dirigir un equipo y lo hacen.
Así que ha llegado nuestro momento, hay que desenfundar nuestro espíritu de espartanos y comenzar a ganar batallas, hasta ganar nuestra particular guerra en las empresas.
¡Ha llegado la hora de la Revolución de los RR.HH!