Fíjate bien en la foto del post ¿Qué ves? Si, son cabras posadas en las ramas de los árboles ¿Raro no? Son las famosas cabras de Argán en el suroeste de Marruecos. Aunque yo ya conocía esta costumbre que tienen estos animales en aquella zona, fue el otro día escuchando una entrevista en la radio cuando volvía a saber de este hecho. Pido perdón por no recordar quién era la persona entrevistada porque lo hubiese citado. Sé que fue en Radio 3 y era un escritor, lo siento.
A raíz de esa entrevista rescaté la foto de las cabras y pensé “No hay que dejar nunca de buscar cabras en los árboles” o lo que es lo mismo no hay que dejar nunca de sorprendernos de las cosas. Hay que tener la capacidad de cuestionarlo todo y no dar por supuesto que las cosas son así y no pueden ser de otra forma. La teoría dice que las cabras están en la hierba y los pájaros en las ramas de los árboles pero ya hemos demostrado que no siempre es así o por lo menos que no en todos los sitios es así.
En el mundo de la imaginación, de la creatividad, donde habitan los sueños, lo imposible es posible y hay espacio para cabras subidas en ramas de árboles y mucho más. Para poder aprender cosas nuevas tienes que tener la capacidad de desaprender otras muchas, la capacidad que tiene el ser humano de acumular información es limitada y por lo tanto para que entre aire fresco tienes que airear las ventanas de vez en cuando. Hay que pasar del pensamiento vertical al Pensamiento Lateral.
Me gusta mucho la afirmación que dice que “no hay que perder la mentalidad de principiante”. Porque así puedes cuestionarte tus creencias, tus experiencias, tus prejuicios y así poder mirar la vida con los ojos limpios como si fuese la primera vez. Tampoco hay que caer en el error de pensar que todo lo que has aprendido hay que desecharlo, no, pero hay que aprender que determinados pensamientos limitantes se han ganado un “control+Alt+suprimir”. Nuestra experiencia, nuestras vivencias, nuestro pasado puede ser muy útil si sabemos utilizarlo porque nos da una base a partir de la cual tamizar los nuevos conocimientos. Lo que no puede hacer nuestro pasado es condicionar, limitar y bloquear nuestro desarrollo presente o futuro.
Podemos optar por vivir en un mundo apático, rutinario, falto de chispa por creer que todo está ya establecido, está predeterminado o por el contrario podemos optar por vivir con ganas de sorprendernos. Como dice Fernando Botella en su libro ¡Atrévete!: “Me gusta la vida porque casi todo lo más valioso de ella es inesperado”. La vida es la que es y no hay más; hay veces que pica, que escuece, que quema y otras que por el contrario besa, acaricia, mima. Así que huyendo de un falso positivismo hay que aprender a vivir la vida como viene: inesperada.
Así que os pido que miréis la vida con los ojos de un niño, que desterréis vuestros pensamientos limitantes y aprendáis a pensar de forma diferente. Que viváis la vida tal y como viene, sorprendiéndoos de lo inesperado y lo diferente.
Os invito a no dejar de buscar cabras en los árboles.
Un abrazo
Comentarios (1)
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