“Buenos días, te comunico que en quince días me marcho de la empresa”. No es habitual en los tiempos que corren (precariedad laboral, crisis, más demanda que oferta laboral) que alguien llegue y te comunique esta decisión pero pasa. En una cultura laboral en la que la inmensa mayoría vive aferrada a la seguridad que le proporciona el montante de su finiquito (blindaje por antigüedad) se hace raro que alguien deje una compañía causando baja voluntaria y perdiendo cualquier derecho a prestación por desempleo.
Este tipo de situaciones que quizás suenen a ciencia ficción ocurren. Es raro comprobar que habiendo casi seis millones de personas en paro haya otros que se permitan el lujo de cambiar de trabajo. Si, es ese tipo de personas que estando en activo reciben llamadas tentándoles a cambiar. ¿Qué tienen ellos que no tengan los demás? ¿Qué hace que un headhunter te tenga en sus oraciones? La palabra se llama “empleabilidad” y se apellida idiomas, formación técnica, experiencia y competencias.
Pero ¿Qué hace que alguien que tiene una buena posición en la estructura de la empresa se marche? ¿Qué hace que un directivo con un buen paquete retributivo quiera cambiar de empresa? ¿Qué hace que una persona que está en un comité de dirección abandone el barco? En recursos humanos se dice que la gente no se marcha de las empresas… se marcha de sus jefes. Como siempre hay excepciones pero confirman la regla.
Una vez le dije a un CEO que si trataba así a sus trabajadores en los momentos difíciles, quizás algún día cuando “los brotes verdes” floreciesen habría una espantada monumental en su compañía. Él me respondió que ahora podía hacer y deshacer a su antojo porque nadie se movería de su silla porque no había a donde moverse… y que cuando empezase a moverse el mercado ya haría por mejorar las condiciones de los equipos para que no se fuesen. ¡Craso error! Hay heridas que no pueden cicatrizar y hay acciones que no se olvidan. En estos tiempos de crisis en el que el fin justifica los medios… se están sembrando tormentas y muchos recogerán tempestades.
Se suele decir que nadie es imprescindible en las empresas pero hay gente que cuando se marcha deja un vacío muy difícil de llenar. Nadie somos imprescindibles pero hay salidas de las compañías que son muy traumáticas. “La retención del talento” es una prioridad para RR.HH pero no se puede hacer “employer branding” cuando los que lideran el barco son los primeros que ponen el freno. ¡CEO´s del mundo si de verdad pensáis que lo más importante de vuestras empresas son las personas… actuar en consecuencia o callar para siempre!
Yo siempre me hago dos preguntas cuando alguien abandona una compañía. ¿Por qué se marcha? Y ¿Qué se podía haber hecho para que no hubiese ocurrido? Dependiendo de las respuestas se puede obtener mucha información del tipo de empresa y del tipo de “jefes” que hay.
Ánimo a los que están en búsqueda y enhorabuena a los que lo han encontrado.
Un abrazo.
Comentarios (10)
Genial post a compartir, Rubén. Totalmente de acuerdo contigo en lo que has expuesto. Cuando un headhunter se fija en una persona está claro que es por su valía, por sus valores y por lo que obtiene demostrando sus capacidades. Qué orgullo siento y cuanto aprendo cuando te encuentras con esas personas. Si las empresas formaran de verdad y no a salto de mata, presionando y sin fijar conceptos, nos iría mucho mejor y los resultados serían otros ( los que todos sabemos ). Desde mi opinión y mi experiencia me parece difícil que cuando entras en una empresa y llevas un mes, es difícil coger a la perfección el sistema de organización. En un mes ves la actitud y disposición que tenga el trabajador para hacerse con la misma pero no pretendas que sea el «number one» porque de éstos hay pocos … los demás somos normales !! Si consigue ver en uno su capacidad de aprendizaje y de adaptación a la organización y compañeros me parece un gran paso. no ???
un abrazo y sigue aportando y construyendo como lo haces,
Mirka
Mirka como siempre agradecerte tus aportaciones, siempre geniales. Es cierto, los que somos normales tenemos que currarnoslo un poco más que los cracks… je..je..je. En un mes es poco tiempo para poder valorar a un profesional a nivel técnico pero si se pueden evaluar otras competencias que van más relacionadas con la personalidad, capacidad de adaptación, relacionales, etc.
Un abrazo
Chapó!! Que me lo cuenten a mí Rubén!! Sí que es cierto que en mi caso, la marcha de la empresa iba ligada a la voluntad de un cambio de rumbo/area, pero también es cierto, que pudiendo haber retrasado la marcha hasta tener las cosas más claras, esa gestión del talento y ese trato al cliente interno de la que hablas, hizo que lo tuviera muy muy claro y no quisiera demorar mi marcha ni una sola semana.
Gracias por este fantástico post amigo. Abrazo.
Carlos.
Como dice Antonio Orozco en la Voz: «Que cierren las puertas que no se escape el talento» pues mira hay gerentes/jefes/ceos que abren las puertas de par en par para que se les marchen los buenos. Pero contra este nivel de estupidez poco se puede hacer, hay gente que prefiere estar rodeados de mediocres que no le bailen la silla antes de tener que currarse un liderazgo fuerte que les permita gestionar a los high potentials. Pero de todo tiene que haber en la viña del señor.
Muchas gracias por aportar
Un abrazo!!!!
Bravo por el post Ruben, el deseo de uno o varios profesionales de abandonar una empresa es síntoma de una enfermedad de la misma y lejos de mirarse el ombligo y preguntarse los porques se suele percibir como una traición.
Seguramente si la empresa lo analiza y tiene un minimo de espiritu critico se encuentren parte de las soluciones a problemas relevantes que sobrevuelan en la misma.
Pocas veces vemos que una empresa ante la fuga de talento haga cambios transformacionales , simplemente sustituye la pieza ya que en estos tiempos hay una creencia de que sobran piezas en el mercado y al mejor precio.
Y lo mejor de todo es que la causa principal de que un profesional abandone una empresa no es la economica, mas motivo para reflexionar.
Qué razón tienes José Ignacio, hay empresas que tienen una gran ceguera directiva y no ven más allá de sus ombligos. Pero los que estamos en una posición de dirección tenemos que intentar cambiar estas situaciones… o por lo menos quemar todas las naves antes de tirar la toalla.
Muchas gracias por tu comentario
Te mando un gran abrazo kinestésico!!!
Un tema original. La zona de confort y seguridad nos proporciona en teoría una estabilidad económica pero como comentas hay personas que buscan un proyecto que les llene más y un salario emocional que no perciben. Alabo esas personas que se atreven a ser diferentes. Un saludo
Totalmente de acuerdo contigo Miguel Ángel, muchas gracias por aportar.
Un saludo
Felicidades por tu escrito, Rubén. Me gusta conocer de tu faceta profesional. Sigue ofreciéndonos tu pensamiento… Gracias
Muchas gracias por tu comentario María José, me alegro que te guste el post.
Un saludo 🙂