Haciendo mío el titular que aparece en el artículo sobre la marcha de Pep Guardiola en el periódico Expansión de este fin de semana. Quiero reflexionar sobre el impacto que tiene en las empresas la salida de sus líderes, la marcha de esas personas que dejan una impronta en la organización que es difícil de olvidar y de reemplazar. Y ya no digo únicamente de los líderes que ostentan el cargo, sino también de los líderes informales que no están reconocidos por su «job description» pero si lo hacen por la auctoritas que se le atribuye.
¿Quién recoge el testigo?
Cuando yo hablo de que hay que identificar el talento en las empresas, que hay que chequear a los High Potential o que hay que crear planes de carrera, es únicamente para evitar llegar esta situación. Se marcha el líder y ¿Quién recoge el testigo? ¿Quién está preparado, formado y lo que es más… está dispuesto a hacerlo? No podemos llegar a esta situación sin haberlo previsto ni planificado.
Aunque no lo parezca Pep se ha encargado de asegurar una transición tranquila, ya que su sucesor será su mano derecha Tito Vilanova. Una persona que ha convivido, vivido y experimentado todo el despliegue de talento que ha demostrado Guardiola como entrenador. Más allá de los colores y las banderas que uno sienta, hay que reconocer que Pep Guardiola ha creado escuela a la hora de liderar.
Y me pregunto si no podríamos aprender un poco de estas buenas prácticas en las empresas… ya sean Multinacionales o PYMES, porque hay cosas que no cuestan dinero y son muy rentables. Querer hacer las cosas bien no implica un gasto económico extra. El liderazgo es una actitud que tú también puedes implementar en tu empresa.
Escuela de Líderes
Las empresas inteligentes son aquellas que se preocupan por garantizar su futuro más allá de las individualidades… el sentido colectivo prima por encima del resto. Pero un sentido colectivo formado por individualidades bien alineadas y en constante colaboración.
Qué quiero decir con esto, que las empresas tienen que estar constantemente generando «cantera» o contratando «cracks» a golpe de cartera. Pero tanto si eliges un modelo u otro tienes que tener en cuenta que habrán transiciones que habrá gestionar.
Por mi experiencia, soy más de tirar de cantera, siempre y cuando se haga una buena selección de la misma. Para hacer un buen cesto hay que tener buenos mimbres… hay que detectar el potencial y el talento a una edad temprana, invertir en su crecimiento profesional, para que desarrollen toda su capacidad y así pueda llegar a su máximo nivel de desempeño cuando la situación lo requiera.
Hay que saber identificar a los futuros Messis de la plantilla, tal y como hizo Guardiola en su día. Alinearlos con la cultura de la organización, entrenarlos y fijarles un plan de carrera. Proporcionarles un mentor que les transmita toda la experiencia y las buenas prácticas que se hayan desarrollado en la empresa y que tuvieron éxito en el pasado. Darles la oportunidad de curtirse en el día a día e ir tutorizando sus acciones. Potenciando sus puntos fuertes y desarrollando sus áreas de mejora para que puedan crecer profesionalmente y sean los líderes del futuro.
Hacer los deberes
Por lo tanto, las empresas tienen que hacer los deberes antes de que llegue el fatídico día en el que se marche una pieza clave del equipo. Es cierto que nadie es imprescindible… pero hay personas que son muy dificiles de sustituir… y más si su salida de la empresa se produce de forma repentina y sin haber estado planificada.
Así que no olvidéis hacer los deberes; identificar el talento en vuestras empresas, generar cultura de liderazgo, fichar lideres en potencia para crear una buena cantera, entrenarlos, desarrollarlos, tutorizarlos, dejarlos hacer, mentorizarlos y tendréis grandes líderes en el futuro.
Es evidente que no todos en la empresa tienen que ser líderes al nivel que lo ha sido Josep Guardiola en FBC Barcelona, pero si es cierto que generando una cultura de liderazgo en la empresa, cualquier equipo, sección u departamento funcionará mucho mejor. Y si de verdad os creéis la manida frase de que «las personas son el activo más importante de una organización» estaréis de acuerdo que esta ventaja competitiva será una de las bazas con las que la empresa podrá contar para superar esta crisis.
Para terminar y ya que estamos futboleros, os recuerdo que los futbolistas dedican gran parte de su tiempo a entrenar, para así poder jugar sus competiciones. Por el contrario en la empresa no dedicamos tiempo a entrenar, pensamos que por el simple hecho de trabajar un día tras otro, con el tiempo mejoraremos. Y está demostrado que no es así, hay que entrenar fuera del día a día. Dedicar parte del tiempo a la formación, a la reflexión, a pensar, a planificar, a capacitarnos para afrontar adversidades… Es decir, entrenar para ganar los partidos que se disputan día a día en nuestros trabajos.
¿Y tú has hecho los deberes?
Un abrazo.